Primero son los Testigos de Jehová, que llaman a la puerta ofreciendo "La Atalaya" y hablando de la batalla de Armagedón. Luego siguen los Mormónes predicando al profeta José Smith y hablando de una "nueva revelación»;después los Adventistas, y así sucesivamente, hasta que, por último, el hombre de la calle se pregunta desconcertado": ¿CUAL ES LA DIFERENCIA ?

jueves, 28 de octubre de 2010

Historia de la Secta Luz del Mundo


fundador de la secta luz del mundo

Historia
Esta secta surgió como una rama de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, es una derivación de la Iglesia Pentecostal, fundada en Estados Unidos a principios de este siglo por la Sra. Carmen Valenzuela, originaria de Villa Aldama, Chihuahua, México, emigró Esta emigró a los Angeles, Cal. en el año 1912. Allá se convirtió al Pentecostalismo.

De regreso a su entidad natal, dos años más tarde, trató de extender su nueva creencia religiosa. El 1º de noviembre de 1914 doce personas recibieron "el bautismo en el Espíritu Santo" y hablaron nuevas lenguas.

Saulo y Silas eran miembros del nuevo grupo religioso fundado por la Sra. Valenzuela. Se consideraban "profetas, y se hacían llamar "siervos de Dios". Ejercían un enorme poder sugestivo entre sus seguidores, como sucede fácilmente en ciertos grupos "pentecostales".

Fundador
Eusebio Joaquín González fue uno de los discípulos de Saulo y silas. Nació en Colotlán, Jalisco, México, el 14 de agosto de 1898 y fue soldado acuartelado en San Pedro de las Colonias y en Torreón, Coah. En 1925 Eusebio Joaquín González se hizo bautizar en Torreón por Saulo y Silas, con el nombre de Abraham, y se puso a su servicio, con el deseo de llegar a ser famoso como ellos. Al ver como no le daban ninguna oportunidad de realizarse como líder y al constatar su falta de moralidad en lo personal, se apartó de ellos, decidiendo fundar "su" grupo propio.

Análisis exegético sobre la existencia del Infierno

Análisis exegético sobre la existencia del Infierno
Autor: Lic. Dawlin A. Ureña 
(
http://www.antesdelfin.com)


"Y todo el que no se halló escrito en el libro 
de la vida fue arrojado al lago de fuego"
 
Apocalipsis 20:15
Jesús lloró cuando contempló la destrucción de Jerusalén. Dios mismo dijo: "No quiero la muerte del impío..." Ezequiel 33:11. No existe cristiano alguno que pueda complacerse en contemplar el destino final del impenitente. Sin embargo, es mi obligación, proclamar TODO el evangelio. ¡El mensaje COMPLETO! Yo creo que sería un amigo falso a cualquier pecador si no le advirtiera, tal y como lo hace repetidas veces las Escrituras, del estado de peligro inminente en que se encuentra.
MUCHA GENTE Y MUCHAS SECTAS RELIGIOSAS han suprimido lo que no les conviene escuchar. En consecuencia existe un sin número de personas las cuales, en vez de considerar la existencia y palpabilidad del infierno, simplemente castigan o acusan a aquellos quienes por amor les advierten acerca de esto. No obstante a que un ministro tenga docenas de títulos universitarios, aún se le considera como un oscurantista, a quien hay que ignorar, si el mismo se EMPECINA en predicar con respecto a la existencia del INFIERNO. Yo particularmente me he dado cuenta de que los argumentos de los NO-CREYENTES consisten en una sola cosa: Emocionalismo, demostrado como una erupción de hostilidad y falta de deseo en considerar racionalmente un hecho de tan vital importancia para sus ALMAS ETERNAS.
Algunas personas y sectas religiosas parecen estar bajo la ilusión de que el infierno se ha evaporado, o que al menos TODAS las personas inteligentes han dejado de creer en su existencia. Pero les pido, que antes de continuar manteniendo esas creencias consideren estas palabras del gran teólogo de Princeton, A. A. Hodges: "El Antiguo Testamento estuvo en las manos de los judíos antes de que Cristo naciera. Lo judíos, en su totalidad, entendían que las Escrituras enseñaban que los "malvados" sufrirían para siempre."
Como cristianos, nosotros contamos con la Biblia desde hace 20 siglos. Leemos que los "grandes padres de la iglesia, los reformadores, y las iglesias históricas, con sus sucesivas translaciones de las Cartas enviadas a ellas por los Apóstoles, además de en sus liturgias e himnos de alabanza; junto a los grandes teólogos evangélicos contemporáneos, eruditos bíblicos, con sus gramáticas, diccionarios, comentarios y sistemas clásicos, TODOS están de acuerdo en que las Sagradas Escrituras enseñan que los malvados que mueran en tal condición sufrirán por una eternidad. Además, tomen en consideración que esto ha sido mantenido a través de los siglos y de todas las corrientes del pensamiento humano que intenta apabullar la idea de un sufrimiento eterno.
La Biblia nos dice que el impenitente irá a sufrir por una eternidad como castigo por su incredulidad y pecados. Y yo me pregunto: ¿No es esto consistente con lo que cualquier ser racional concluiría a partir de lo que conocemos como teología natural, o lo que es lo mismo decir, en la revelación de Dios para con nosotros en este mundo, en el gobierno moral, en nuestras propias constituciones humanas y en nuestros códigos morales? ¡Por su puesto que sí! Joseph Stiles nos indica que las leyes de nuestra naturaleza demanda que exista un infierno. Stiles nos dice: "Fija tus ojos en el más vil de los pecadores en la tierra, a través de la muerte, y en ese preciso instante imagínalo en el cielo - con toda su codicia, odio, mentiras, lascivias, pasión desmesurada - ¿En realidad crees que ese pecador podría ser feliz allí? Por las leyes mismas de su naturaleza, la felicidad yace en una correspondencia entre la mente y sus objetivos. Por el otro lado, debido a otra ley de su naturaleza, la miseria y desdicha yacen en la oposición entre la mente y sus objetivos. El promiscuo corazón de tal pecador siente, y por siempre debe sentir, la aversión más profunda a todo lo que existe o transpira santidad en el cielo." Tomado de Joseph C. Stiles, Future Punishment (Castigo Futuro), Saint Louis, MO; n.p. 1968), Página 4.
Nuestra propia naturaleza requiere que exista un lugar como el que la Biblia describe. La consciencia humana también lo demanda. Todo hombre siente que hay una diferencia entre la virtud y lo opuesto; y que hay opuestos morales, y siempre que sintamos esta diferencia, tendremos que celebrar y premiar al virtuoso y benévolo y castigar al inmoral y maligno. Premiamos al benévolo para instar su práctica y castigamos al malévolo para suprimirla. Este fenómeno también es cierto en las instituciones gubernamentales, donde las leyes, escritas o no, tienden a instar el bien, premiándolo y a desalentar el mal, castigándolo.


¿Qué enseñó Jesucristo?
En la vida de nuestro Salvador y en su carácter podemos encontrar otro argumento que apoyan esta posición. Cristo vino manso y dócil a salvarnos del dolor y del sufrimiento, Él fue quien más enseñó acerca de la existencia del infierno. ¡Más que ningún otro personaje bíblico! ¿Acaso creen ustedes que el Hijo de Dios, Dios hecho hombre, se esmeraría en enseñarnos acerca del infierno, si en realidad este lugar no existía... simplemente para asustarnos? ¿En realidad creen ustedes que Dios pondría en los labios de Jesús enseñanzas que permanecerían en las mentes de los apóstoles y en la mente del hombre por 20 siglos, acerca de un lugar que en realidad es inexistente? Mantener una posición como ésta sería una bofetada al carácter e integridad del mensaje entregado a nosotros por el Señor Jesucristo.

Algunas personas dicen: "¡Pero Dios es amor! Dios nunca castigaría a nadie enviándolo a un lugar tal como el infierno!". Pues debo decir que es PELIGROSO construir una doctrina a partir de una premisa equivocada. Decimos esto porque en realidad la Biblia enseña que Dios es amor, que Dios posee y demuestra un amor inmensurable e infinito. Sin embargo, la Biblia también nos enseña que Dios es SANTO y JUSTO; que Él es de ojos puros y que no es capaz de mirar iniquidades. Nos enseña que Dios visitará nuestras transgresiones con vara y nuestras iniquidades con azotes; que de ninguna manera Él dejará impune al culpable.
Mucho antes de que el amor de Dios se manifestara en las Escrituras, el gran pensamiento inculcado en la mentalidad de los Hebreos era el siguiente: "Santo, Santo, Santo Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria" (Isaías 6:3). La fundación misma de su trono es la santidad, y ningún pecado ha de ser aceptado ante su presencia sin antes ser consumido por el fuego y su ira sagrada.

PERO OTROS GRUPOS RELIGIOSOS NO CREEN EN EL INFIERNO 

Inclusive, existen aquellos que intentan hacernos creer que ellos saben algo que por alguna razón misteriosa, ellos saben algo que nosotros, los Evangélicos Pentecostales, llenos del Espíritu Santo, que hablamos en lengua, que ponemos las manos sobre los enfermos, que profetizamos...no sabemos. Al mismo tiempo el universalista mantiene que Dios, en su amor, inevitablemente ha de recibir a todos en su gloria. Esta persona se acercaría audazmente al Altísimo e intentaría quedar cubierto bajo las alas misericordiosas del Dios Omnipotente diciéndole que Él, Dios, no se entiende a sí mismo y que por supuesto no habla en serio cuando nos comunica la existencia de un Infierno. Estas personas creen saber más acerca de Dios que El mismo. Aquí vemos a un blasfemo quien declara que Dios es algo así como un tonto ignorante y flojo, el cual dice cosas en su Palabra que realmente no se atrevería a llevar a cabo. Estas personas, de hecho, sostienen tal postura ante Dios sin importarles que a través de todas las Escrituras, comenzando desde el Génesis y terminando en Apocalipsis, Dios declare que los impíos morirán en sus pecados y no encontrarán paz, y ahora pretenden creer, más bien se engañan en mantener, que de repente, Dios ha cambiado de parecer.
Hombres como estos no entienden que en las Escrituras Dios mismo dijo "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos" (Isaías 55:8). Tampoco entienden que "...insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos" (Romanos 11:33). Pero sin importarles todo esto, estos blasfemos, con toda confianza declaran que los pensamientos de Dios son nuestros pensamientos y que sus caminos son nuestros caminos, además de que nosotros sí podemos entender sus juicios y asimilar sus caminos. Tales hombres están buscando que sobre sí mismos caiga lo que el mismo Dios dijo: "¿Pensabas que de cierto sería yo como tú? Pero te reprenderé..." Salmos 50:21
Debemos recordar que Él es el Dios Santo, quien ha declarado que El no soportará el pecado ante su presencia. Sin embargo, el impenitente confía en su propio raciocinio y espera, a pesar de su pecado y falta de arrepentimiento, un día poder lograr que Dios rompa sus propias promesas. ¡Qué terribles podrían ser las consecuencias si este atentado fallara!
Otros dicen: "Pero no es posible que mis pecados merezcan un castigo eterno." De nuevo, permítanme citar a Hodge, el gran teólogo de la Universidad de Princeton: "Nosotros mismos somos los malhechores. Al malhechor le resulta evidente que, gracias a su propio e individualista interés, a la hora del juez tomar una decisión, no juzgue su crimen a la medida de los estándares establecidos, sino en función al bienestar individual de sí mismo." Una forma sencilla de poner este concepto se nota en aquel que dice: "No puede ser que tú me creas tan malo como para castigarme de esa forma" Como exestudiante de la jurisprudencia y asiduo seguidor de casos parecidos, me resulta fácil decir que la experiencia ha mostrado ser este el raciocinio del criminal después de escuchar la sentencia ser dictada. Y Hodge continua diciendo: "Si esto es así cuando nosotros juzgamos a otros iguales, otros humanos, imagínense cuanto más viciado será el raciocinio del pecador a la hora de escuchar el juicio proveniente de un Dios Santo en contra de sus pecados"
Otros mantienen que el final del castigo por el pecado del hombre deberá terminar cuando la influencia de estos pecados cese. Pero si la influencia de los pecados del hombre perdura por siempre, entonces el hombre deberá ser responsable por su pecado por siempre. Jesús dejó claro que cada ser humano sobre la tierra o recoge hombres o mujeres, niños y niñas alrededor de Él, o en cambio, los desparrama (los lleva a la perdición). "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama."(Mateo 12:30). El impío, después de haber pasado toda su vida "desparramando vidas" y alejándolas de Jesús y de su verdad, será considerado responsable por muchas de esas almas, y terminará en el infierno.

¿HABLA EL ANTIGUO TESTAMENTO DEL INFIERNO?

Las Sagradas Escrituras declaran que si los efectos de nuestros pecados son eternos, también los castigos, pues nuestros pecados han de ser eternos. La razón principal por la que yo creo en el infierno es porque la Biblia lo declara cuando nos dice: "¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?. ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? (Isaías 33:14). Los impíos "perecieron, se consumieron de terror" (Salmos 73:19), y "muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo" (Isaías 26:14), en "el fuego que nunca se apagará" (Lucas 3:17), donde "el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga" (Marcos 9:44). Los que sean enviados allí llamarán y nadie les responderá; buscarán sosiego, pero no lo hallarán. En otras palabras, se hundirán en una muerte más allá de las oraciones, en una condenación más allá del perdón, en una desdicha más allá del alcance de la intercesión de Cristo. (La mayoría de mis citas son dadas del Antiguo Testamento para contundentemente contradecir lo dicho por Juan A. Bonjour cuando afirma: "La idea de un infierno eterno, donde se dice que existen las más terribles formas de sufrimiento...por toda un eternidad, es un concepto heredado de la mitología pagana...idea que comenzó a introducirse en el ambiente cristiano y finalmente se la aceptó..."
La palabra hebrea usada en el Antiguo Testamento para significar "eterno" es OLAM, además de sus derivados y connotaciones. En el Nuevo Testamento la palabra paralela es AION, AIONIOS, y todas sus variaciones y connotaciones se derivan de AEI, lo cual significa "Siempre". Elbert Munsey nos dice: "Cada palabra Hebrea y Griega usada para describir la eternidad de la existencia de Dios y la eternidad de las bendiciones y la redención en el cielo, es también usada para describir la eternidad de los sufrimientos de los perdidos en el infierno." (Elbert Munsey, Eternal Retribucion, (Retribución Eterna), Murfreesboro, IN, 1951. Página 65. Por favor, note la abierta contradicción de la declaración de este afamado erudito bíblico y la de Bonjour en su Pregunta 37.

  
SERÁ EL CASTIGO DEL PECADOR TEMPORAL
Si el castigo del malvado es temporal, entonces ha de venir un día cuando Dios dejará de existir, ya que la misma palabra es usada para la eternidad de Dios y la eternidad del sitio de castigo del que estamos hablando. Si estos términos no describen eternidad, entonces no existe palabra alguna en el Hebreo o el Griego que signifique eternidad, lo cual es imposible. Cada palabra que pudo ser usada fue usada.
"Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro..." Apocalipsis 22:18
¿Por cuánto durará el castigo en el infierno?
William Munsey describe algo que nos ayuda a entender el tiempo envuelto en el término eternidad. "Eternidad no puede ser definida. Algo sin principio ni fin no puede ser medido. Es pasado aumentado al infinito y futuro aumentado al infinito. Algo así no tiene pasado, ni tiene futuro, no tiene fin, no tiene medio, no tiene partes; es una unidad indescriptible e imposible de analizar. La concepción de una eternidad es un pensamiento inconcebible para el cerebro humano... no tiene origen, no tiene inicio, no tiene fin, no puede ser medido, no perece, no puede ser descrito, no puede ser definido. Su definición es sí misma. Si alguien me preguntara. ¿Qué es la eternidad? La respuesta solamente sería: "Eternidad". Nuestras respuestas confiesan nuestras debilidades y limitaciones." (Elbert Munsey, Eternal Retribución, (Retribución Eterna), Murfreesboro, IN, 1951. Página 62.
La eternidad es un círculo infinito. Debido a que es infinita, la eternidad tiene un centro imponderable, portentoso "el ahora". ¡AHORA! es el centro y puede ser establecido a lo largo de la circunferencia en cualquier momento o punto de la circunferencia delineada por el compás. Este es un concepto difuso y a la vez atónitante para el cerebro humano. Cuando hayas estado en el infierno por un billón de años o por un cuadrillón de años, aún te resta por estar allí el tiempo que ya has estado, pero elevado al infinito. En otras palabras, estarás perdido para siempre.

¿DÓNDE PASARÁS TÚ LA ETERNIDAD?

Aunque las Escrituras lo declaran en cientos de lugares, y Jesús francamente asevera que al infierno irá todo aquel que no se arrepienta de tus pecados, existen aquellos que aún no creen ni creerán en el INFIERNO. Yo escuché en el Discovery Channel, el testimonio de un hombre que fue al infierno. Este es un hombre que está vivo y su testimonio está gravado en cassette. Este hombre era un ateo. Ni creía en la existencia del alma (por favor ver las preguntas 36 y 37 del libro de Juan A. Bonjour), ni del infierno, ni creía en ángeles ni mucho menos en Dios. Él decía: "Cuando te mueres, te mueres como un perro." Un día se metió en un agujero y sin querer cerró la puerta de acceso al agujero tras sí. Recuerden: no creía ni en infierno, ni en cielo, ni en Dios.
¡Pero un día murió! Hace poco tuvo un ataque al corazón, y los doctores lo pronunciaron clínicamente muerto (yo conozco varias personas que han sido pronunciados clínicamente muertos por los doctores y hoy aún viven. Solamente en 1998, la Asociación Médica Americana reportó más de 500 casos de personas que fueron enviadas a sus casas a ser llorados por sus familiares, CLINICAMENTE MUERTOS, y más luego resucitaron. Esto, sea lo que sea, quizás nunca lo sepamos, pero los reportes le han dado indicaciones a los científicos de que existe vida después de la muerte). Más tarde el señor en cuestión resucitó, pero dice que durante estuvo muerto, experimentó lo siguiente: "Quedé hundido en un pozo de oscuridad...pero aún tenía un cuerpo. Me encontraba en gran agonía y empujaba una roca gigante hacia un abismo (la Biblia habla de este abismo). Sentía gran dolor y no podía hacer nada para reducirlo". Y nos añade,
"Si a ti te dan un balazo en el brazo, por lo menos tú puedes agarrarte el brazo y eso reducirá el dolor, pero no en la situación en que me encontraba en aquel lugar. El dolor era general, en todo el cuerpo. Estoy seguro que si alguien me hubiese cortado la garganta, eso no haría mi dolor aumentar en lo más mínimo." Además nos dice: "NO hay nada en este mundo que se compare con el dolor y la angustia de las quemaduras que sientes constantemente. Ahora creo que hay un infierno y yo estaba en él."
Amigo mío: EL INFIERNO ES REAL. Este hombre no creía y ahora cree. Pero tuvo que experimentarlo. ¿Esperarás experimentarlo para creer? Él pensaba que todo era mitología. No creía en Cristo, ni en Dios, ni en la Biblia. Ahora cree. ¡Trágicamente, no todos podremos salir ilesos de nuestra visita al infierno!
Si la Biblia enseña algo, es que existe el término DEMASIADO TARDE. Se acerca el momento en que se cerrarán las puestas de las oportunidades y así como Dios cerró las puertas del arca y todos perecieron (Ver Antes del Fin Vol. 13, para más informaciones acerca del asombroso descubrimiento del Arca de Noé - otra "mitología" ¡hecha realidad!). Llegará el momento en que el pecador dará todo el universo por un solo segundo para arrepentirse, pero ya no habrá tiempo de venir a Jesús.

¡JESÚS ESTUVO EN EL INFIERNO!
Yo creo en el infierno porque no sólo Jesús lo enseñó, sino que además lo experimentó. Podemos leer en las escrituras que en la cruz del Calvario, Cristo tomó sobre Él los pecados del mundo; Él fue hecho pecado por nosotros, y nuestras culpas les fueron imputadas. Dios el padre miró a su amado Hijo a quien La ha amado por una eternidad, acerca del cual Dios dijo "En Él tengo complacencia", y vio el Cordero, el que limpiaba los pecados del mundo, y Dios demostró, poniendo su santidad por encima del amor por su Unico Hijo, que su santidad es INMUTABLE cuando la Biblia nos dice hubo oscuridad, por que Dios no podía presenciar la impureza que en ese momento reinaba en su Hijo, y en tal soledad, Jesús se vio precisado a exclamar: "Mi Dios, mi Dios, por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46) y luego descendió al INFIERNO! (Ver Efesios 4:9 y 10).
En esa oscuridad, al medio día, Cristo sufrió un castigo infinito, ahí, colgando en la Cruz, por nuestros pecados y nuestras rebeliones dijo: "Consumado es" (Juan 19:30)
¡Aleluya!
Aquellos que confiamos en El aún sabemos que aunque la paga del pecado es la muerte, tal deuda ha sido pagada para nosotros por Cristo. Aquellos que confiamos en Él tenemos su palabra de que nunca pereceremos. La verdad de las Escrituras es que el enojo y la ira de Dios un día caerá sobre los pecados de todo aquel que no cuente con Jesús, quien está "sentado a la diestra del Padre" para que interceda en su favor, mediante su sacrificio PAGADO POR ADELANTADO en la Cruz.
A que confiamos en El se nos dice:
"Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." (Romanos 8:1)
Ahora debes preguntarte: Cuando llegue la hora del juicio: ¿Caerá la ira de Dios sobre ti en el infierno? O ¿Caerá la ira de Dios sobre Jesucristo en la cruz?
La elección es tuya... y recuerda que sí vivirás en algún lugar por una eternidad!
"Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su norbre"(Apocalipsis 14:11)
Como en todo lo demás que dice la Biblia, la declaración tajante acerca de la existencia de este lugar terrible no debe ser ignorada por nadie.
Espero que usted no ignore el llamado, ¡A TIEMPO!, que Cristo te está haciendo para que NUNCA tengas que ir a ese terrible lugar.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Los Católicos y el Purgatorio

El Purgatorio
¿ Verdad de Dios ?
por Daniel Sapia (editado por exsanguino)
   (Los textos Católicos se escribirán en AZUL, los textos Bíblicos en ROJO)

"La familia, un padre con sus hijos, ocupaba el primer asiento en la iglesia. En el pasillo central había un ataúd con los restos de una amada y solícita esposa. Ella había sido una dama buena y amable, respetada por todos los que la conocían. La muerte, intrusa inoportuna, se había llevado su vida haciendo añicos el frágil mundo de su familia. En el gran edificio se escuchaba el eco de sus sollozos.

El repicar de las campanas del altar anunciaba que el sacerdote estaba listo para decir misa a intención de la difunta. Pasó unos minutos con la familia, luego anunció a la congregación que esa misa era ofrecida por el descanso del alma de su ser querido que había partido y que ahora estaba en el Purgatorio. Por medio del santo sacrificio de la misa, a la larga su alma sería liberada de las penas del Purgatorio."


El Purgatorio es una doctrina entretejida en las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana. La creencia en el Purgatorio es fuerte, como lo demuestran las muchas misas que la familia y los amigos han ofrecido por los que han muerto. ¿Se ha preguntado usted alguna vez cuál es la necesidad del Purgatorio, y si hay alguna evidencia de su existencia?

Qué afirman los defensores católicos de esta teoría:

a) Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. (CIC N° 1030)
b) La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (Cf. DS 1304) y de Trento (Cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1Co 3, 15; 1P 1, 7) habla de un fuego purificador. (CIC N° 1031)
c) Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mandó (Judas Macabeo) hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberadas del pecado" (2M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular en el sacrificio eucarístico (Cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.
(CIC N° 1032)
d) Para algunos apologistas católicos, no es un lugar específico en el mas allá. Para otro si. Del mismo modo, para algunos, este proceso de "purificación o santificación" es instantáneo. Para otros, sin embargo, puede tener cierta duración en el tiempo.
e) Los vivos pueden elevar oraciones para que la persona que está siendo purificada, acorte su estadía o minimice sus padecimientos (Aunque nadie pueda decir en cuánto se acorta). La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.
f) A pesar de que, tal vez, la purificación del alma puede ser instantánea, no hay problemas en orar por las almas de los fieles difuntos que tuvieron tal destino. Como Dios está "fuera del tiempo", conoce el pedido desde toda la eternidad, lo que significa que puede aplicar su pedido a cualquier período de tiempo en que este sea relevante.
g) Según sus defensores, la teoría del Purgatorio es perfectamente bíblica. (2° Macabeos 12:45-46, Malaquías 3:2, Malaquías 4:1, Mateo 5:26,  Mateo 12:31, 2°Timoteo 1:16-18, 1°Corintios 3:12-15)


Bueno, hasta aquí una breve referencia de la doctrina católica referente al Purgatorio, expresado de manera tal que signifique una explicación mas completa de lo expresado en el Catecismo de la Iglesia Católica. Podríamos haber expuesto muchos mas comentarios. No obstante, para favorecer la dinámica del estudio, decidimos compartir solo estos, los cuales consideramos sirven como suficiente sustento para demostrar la creencia sostenida por el catolicismo

El Purgatorio: una Doctrina Católica Imprescindible
(extracto del libro "El Evangelio según Roma" de James McCarthy - Editorial Portavoz - Pag. 96-97)
A pesar de que no hay base bíblica para el Purgatorio, hay una fuerte necesidad filosófica para esta doctrina en la teología católico romana. La Iglesia Católica considera que la salvación es como un objeto de adorno o embellecimiento del alma. Es un proceso que comienza con el bautismo, mediante el cual se infunde la gracia santificante inicial. Se supone que esto hace al alma santa e inherentemente agradable a Dios. Otros sacramentos y buenas obras justifican más al alma y la hacen más atractiva a Dios. El objetivo es transformar el carácter esencial del alma en algo que en sí mismo sea objetivamente bueno. Por lo tanto, es lógicamente razonable requerir la limpieza total de cada vestigio de pecado antes que el alma pueda entrar en la presencia de Dios. Por consiguiente, el Purgatorio es la extensión lógica del proceso de salvación de la Iglesia Católica.
El Purgatorio es también un elemento integral del sistema penitencial católico romano. Según la Iglesia Católica, cada pecado acredita castigo temporal a la cuenta del pecador. Los actos de penitencia, sufrimiento e indulgencia adeudan dicha cuenta. Puesto que los pecadores no pueden pagar totalmente por el pecado en esta vida, el Purgatorio en el más allá es necesario para hacer el balance del libro mayor.
Finalmente, la Iglesia Católica usa el Purgatorio para motivar a los católicos a que vivan una vida de justicia. Si no hubiera Purgatorio, piensa la Iglesia, la gente continuaría pecando sin temor.
La salvación bíblica, por otra parte, no tiene necesidad de un lugar como el Purgatorio. La salvación bíblica no depende de las obras ni del sufrimiento de pecadores, sino solamente de Cristo. El Señor Jesucristo efectuó «la purificación de nuestros pecados» (He. 1:3) en la cruz. Su sangre puede limpiar al más vil pecador (He. 9:14). No queda ningún castigo temporal por el cual el creyente deba expiar; Jesús pagó por todo: «Y él es la propiciación por nuestros pecados» (1 Jn. 2:2).
La salvación bíblica no tiene necesidad de un lugar como el Purgatorio donde el alma supuestamente se vuelve objetivamente hermosa para Dios. Más bien está arraigada en la imputación de la propia justicia perfecta de Dios (2 Co. 5:21). La salvación bíblica produce una justicia que es por la fe desde el principio hasta el fin: «Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe ... » (Ro. 1: 17). El pecador coloca su confianza en Cristo para la justificación. Camina por fe, y mediante la capacitación del Espíritu vive rectamente. Sin embargo, no tiene la esperanza de que alguna vez podría ser personal y objetivamente tan bueno en sí mismo como para comparecer en la presencia de Dios. Confía sólo en Cristo para la salvación (Fil. 3:7-9).
En vez de centrarse en las buenas obras y el sufrimiento de la persona, la salvación bíblica destaca la perfecta obra de Cristo. Cristo es suficiente para presentar a los pecadores ante Dios «sin mancha delante de su gloria con gran alegría» (Jud. v. 24). Dios no mira más a la persona como a un pecador inmundo, sino que lo ve sólo en Cristo (Ef. 1: 1- 14), «santos y sin mancha delante de él»(Ef. 1:4).
Finalmente, la salvación bíblica involucra un nuevo nacimiento que resulta en una nueva creación (Jn. 3:7; Ef. 2:15). Un cristiano nacido de nuevo quiere obedecer a Dios. Es motivado por el amor de Cristo, no por el temor de una dolorosa retribución (2 Co. 5:14; Ro. 8: 15).



La  ( supuesta )  Base Bíblica del Purgatorio

Sin bien, para sustentar el fundamento de la doctrina del Purgatorio en las Sagradas Escrituras se menciona una serie de textos bíblicos, en realidad la mayoría no hace mas que incluir en él la palabra "fuego" o "purificación", no involucrando en el texto ninguna mención directa al tan mentado sitio de santificación final.
Ni la palabra "Purgatorio" misma, ni la idea del Purgatorio, puede encontrarse, aunque sea una sola vez, en toda la Biblia.
El texto que podemos considerar como el mas firme utilizado por la Iglesia Católica para sustentar la divinidad del Purgatorio, es el de 2° Macabeos 12:46, tal cual es mencionado en el Catecismo de la Iglesia Católica N° 1032, y el cual se refiere a un acontecimiento que ocurrió 160 años antes de Cristo, durante una guerra entre Judas Macabeo, un general judío, y Georgias, gobernador de Idumea.
Dice 2° Macabeos 12:46
"Es, pues, un pensamiento santo y saludable rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados."
No obstante, tenemos malas noticias para quienes pretenden sustentar bíblicamente el Purgatorio con2° Macabeos 12:46. Este versículo tiene 2 heridas mortales que lo dejan totalmente fuera de cualquier consideración.
Para explicar la primera herida, basta con decir que el libro de 2° Macabeos es uno de los libros apócrifos (deuterocanónicos) de las Biblias católico romanas. Este libro del Antiguo Testamento nunca formó parte del Canon de la Ley Judía. El autor anónimo de 2° Macabeos no afirma hablar por Dios. Ni siquiera presenta su libro como una obra original. Declara que esto es un compendio de los escritos de otro hombre: "La historia de Judas el Macabeo... fue narrada por Jasón de Cirene en cinco libros, que nosotros nos proponemos compendiar en un solo volumen." (2° Macabeos 2:20-24 NC)
El mismo libro de Macabeos declara que no había profetas en ese tiempo y por lo tanto la inspiración de Dios había cesado: "Hubo una opresión tal en Israel cual no se había conocido desde que no había profeta" (1° Macabeos 9:27). Y de nuevo: "Y que los judíos y los sacerdotes a una habían resuelto que Simón fuese su caudillo y Sumo Sacerdote hasta la aparición de un profeta acreditado." (1° Macabeos 14:41)
Por consiguiente, los dos libros de Macabeos, en el mejor de los casos, sólo pueden considerarse como relatos históricos, pero no como Escritura, puesto que Dios no estaba inspirando a ninguno entre Su pueblo. Se hace evidente, entonces, de que uno no puede dar apoyo a ninguna doctrina verdadera citando este tipo de fuente.
La segunda herida, no menos mortal que la anterior, se basa en una explicación que amerita la comprensión total del relato de 2° Macabeos 12. Dice así:
"Al día siguiente fue Judas con su gente para traer los cadáveres de los que habían muerto en el combate, y enterrarlos con sus parientes en las sepulturas de sus familias; y encontraron debajo de la ropa de los que habían sido muertos algunas ofrendas de las consagradas a los ídolos que había en Jamnia, cosas prohibidas por la ley a los judíos (*Deuteronomio 7:25-26)con lo cual conocieron todos evidentemente que esto había sido la causa de su muerte. Por tanto, bendijeron a una los justos juicios del Señor, que había manifestado el mal que se quiso encubrir; y en seguida poniéndose en oración rogaron a Dios que echase en olvido el delito que habían cometido. Al mismo tiempo el esforzadísimo Judas exhortaba al pueblo a que se conservase sin pecado, viendo delante de sus mismos ojos lo sucedido por causa de las culpas de los que habían sido muertos. Y habiendo recogido en una colecta que mandó hacer doce mil monedas de plata, las envió a Jerusalén, a fin de que se ofreciese un sacrificio por los pecados de estos difuntos, teniendo, como tenía, buenos y religiosos sentimientos acerca de la resurrección. (Pues si no esperara que los que habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil rogar por los difuntos), y porque consideraba que a los que habían muerto después de una vida piadosa, les estaba reservada una gran misericordia. Es, pues, un pensamiento santo y saludable rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados." (2° Macabeos 12:39-46, Biblia de Félix Torres Amat)
Según la doctrina del Purgatorio, quienes tienen como destino el Infierno, no tienen segundas oportunidades. Solo quienes mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, visitan el Purgatorio luego de su muerte. 
Las personas mencionadas en 2° Macabeos 12:46 habían sido culpables de un acto que esABOMINACION a los ojos de Dios: el tomar ofrendas consagradas a los ídolos (Deuteronomio 7:25-26) "y encontraron debajo de la ropa de los que habían sido muertos algunas ofrendas de las consagradas a los ídolos que había en Jamnia, cosas prohibidas por la ley a los judíos con lo cual conocieron todos evidentemente que esto había sido la causa de su muerte". Por lo tanto, esta actitud habría enviado a esos hombres, no al Purgatorio, sino al infierno, del cual nadie los puede sacar. De allí que la idea de orar por ellos es inútil, y difícilmente podría aceptarse como buena base (...y "bíblica"...) para aceptar la doctrina del Purgatorio.


Más sobre el Purgatorio
(extracto del libro "Una Mujer Cabalga la Bestia" de Dave Hunt - Editorial The Berean Call)
Como lo indican las citas de la página anterior, el catolicismo enseña que aunque la muerte de Cristo hizo posible que los pecados fuesen perdonados, el pecador perdonado debe sufrir algún dolor o tormento de intensidad y duración desconocidas a fin de ser purificado y, por consiguiente, hecho apto para el cielo. Mientras el catolicismo dice que es teóricamente posible ser limpiado mediante los sufrimientos de esta vida y la muerte personal, ninguno, ni siquiera el Papa mismo, puede saber si es que tal cosa ha ocurrido. En consecuencia, casi todos los católicos esperan pasar algún tiempo de duración desconocida en el Purgatorio. El no aceptar la doctrina del Purgatorio trae la excomunión automática de la Iglesia Católica Romana.
Tanto el Concilio de Trento como el Segundo Concilio Vaticano hablan de los que, a pesar de que Cristo sufrió por sus pecados, "todavía deben hacer expiación [por sus pecados] en el fuego del Purgatorio". Aquí se da más explicación de esta doctrina por el Segundo Concilio Vaticano :
"La doctrina del Purgatorio demuestra con claridad que aun cuando la culpa del pecado ha sido eliminada, la pena de ella o las consecuencias de la misma pueden continuar para ser expiadas o limpiadas... En el Purgatorio las almas de los que han muerto en la caridad de Dios y se han arrepentido verdaderamente, pero que no habían hecho satisfacción con la penitencia adecuada por sus pecados y omisiones, son limpiadas después de la muerte con castigos designados para purificar la deuda." (Flannery, op.cit., tomo2, pp. 63-64)
¿Qué es "penitencia adecuada"? Nadie lo sabe. La Iglesia jamás la ha definido.
¿Dónde dice la Biblia que el castigo purifica del pecado? No lo dice.

Los orígenes, desarrollo y propósito de esta doctrina


La idea del Purgatorio, un lugar ficticio de purificación final, fue inventada por el Papa Gregorio el Grande en el año 593. Había tal renuencia en aceptar la idea (puesto que era contraria a la Escritura) que el Purgatorio no se hizo un dogma católico oficial por casi 850 años, en el Concilio de Florencia en 1439. Ninguna doctrina ha aumentado tanto el poder de la Iglesia sobre sus miembros ni añadido tanto a sus ingresos. Hasta este día la amenaza del Purgatorio cuelga sobre los católicos, quienes por lo tanto dan ofrendas con frecuencia a la Iglesia por su ayuda en sacarlos de ese lugar de tormento imaginario.
Roma promete que si se siguen sus decretos la persona finalmente será librada del Purgatorio y entrará al cielo. Sin embargo, la Iglesia jamás ha podido definir por cuánto tiempo cualquier persona debe pasar en el Purgatorio, ni cuánto de ese tiempo se acorta por cualquier medio que se ofrezca. Es una necedad extrema confiar la liberación del individuo del Purgatorio a una Iglesia que ni siquiera puede definir cuánto tiempo la persona debe pasar allí por cada pecado, ni cuánto tiempo cada ritual o acto de penitencia reduce el sufrimiento purgatorial. No obstante, los católicos continúan dando ofrendas a la Iglesia, y grandes sumas se dejan en testamentos (recuérdese a Enrique VIII) para hacer que se oficien muchas misas en favor del difunto. Ese proceso nunca se detiene, siempre se necesitan más misas, "por si acaso".
El Concilio de Trento, el Segundo Concilio Vaticano, y el Código del Derecho Canónico resultante, contienen muchas reglas complejas para aplicar los méritos de los vivos, y especialmente las misas, a los difuntos en la purificación de sus pecados y para reducir el tiempo en el Purgatorio:
"La Iglesia ofrece el Sacrificio Pascual por los difuntos a fin de que ... los muertos puedan ser ayudados por las oraciones y los vivos puedan ser consolados por la esperanza. Entre las misas por los difuntos, la Misa de Funeral es la que tiene el primer lugar en importancia ... Una misa por los difuntos puede celebrarse tan pronto como se reciban las noticias de una muerte ..." (Flannery, op.cit., tomo2, pp. 205)
Uno de los principales promotores de esta doctrina horriblemente falsa pero ingeniosamente lucrativa, fue un monje agustiniano de nombre Augostino Trionfo. En su época (el siglo XIV los Papas gobernaban como monarcas absolutos, tanto respecto al cielo como a la tierra. Mediante su poder de atar y desatar, ellos no sólo establecían y deponían reyes y emperadores, sino que se creía que podían, a discreción, abrir y cerrar las puertas del cielo a la humanidad. El genio de Trionfo extendió esta autoridad, por orden del Papa Juan XXII, a un tercer reino. Von Dollinger explica:
"Se había dicho que el poder del vicario de Dios se extendía sobre dos reinos, el terrenal y el celestial ... Desde fines del siglo XIII se añadió un tercer reino, el imperio gobierno sobre el cual los teólogos de la Curia habían asignado al Papa - el Purgatorio." (J.H. Ignaz von Dollinger, The Pope and the Council (Londres, 1869), pp.186-187)

Una contradicción fatal


Sólo la sumisión ciega a la Iglesia impide que el adherente católico romano vea que la doctrina de Purgatorio contiene una contradicción obvia y fatal. Por una parte, se nos dice que el sacrificio de Cristo no es suficiente para llevar a uno al cielo, pero además de los sufrimientos de Cristo en la cruz, el pecador perdonado debe personalmente sufrir tormento para ser purificado de su pecado. Por la otra, sin embargo, y en contradicción directa, se dice que la misa, la cual es la representación o renovación perpetua del sacrificio de Cristo, reduce (por una cantidad desconocida) los sufrimientos del individuo. Presuntamente, si se oficiaran suficientes misas uno sería purificado por la expiación de todos los pecados sin ningún sufrimiento en absoluto. Por consiguiente, después de todo, uno no debe sufrir para ser purificado.
Si uno realmente tuviera que sufrir antes de que las puertas del cielo pudieran abrirse, la Iglesia no tendría nada que ofrecer y perdería un importante medio de ingreso. Lo mismo sería cierto si el sacrificio de Cristo por el pecado, como la Biblia lo enseña, fuese suficiente para purificar al pecador. Nuevamente, la Iglesia Católica iría a la bancarrota. Por lo tanto, para que la Iglesia siga funcionando con sus cofres llenos, se enseña que uno puede purificarse del pecado por ciertos medios que la Iglesia le puede proveer, y que el sacrificio de Cristo en la cruz no fue suficiente para purificar del pecado, por lo que a la misa, por la cual la Iglesia recibe ingresos, se le puede acreditar la reducción del sufrimiento en el Purgatorio y la apertura de la puerta del cielo. ¡Es asombroso que lo que el sufrimiento de Cristo en la cruz no pudo efectuar, las alegadas repeticiones de ese sufrimiento representadas sobre los altares católicos pueden lograrlo!


Concilio de Trento - Canon 30
"Si alguien dijera que después de la recepción de la gracia de justificación la culpa remitida y la deuda de la pena eterna es borrada de cada pecador arrepentido, que no queda ninguna deuda temporal a ser descargada en este mundo o en el Purgatorio antes que las puertas del cielo puedan abrirse, sea anatema (maldito)." 
(The Canons and Decrees of the Council of Trent, redactado y traducido por H.J. Schroeder, O.P. (Tan Books, 1978), sexta edición, pp. 46)

Si la "purificación" que nos hace "limpios" ante Dios dependiera del personal sufrimiento de la persona en algún lugar o estado denominado "Purgatorio", entonces la Biblia miente
Escrito está...
"a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegríaal único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
(Judas 1:24-25)
"¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios."
(1° Corintios 6:9-11) 
publicado en: 
http://www.conocereislaverdad.org/

viernes, 15 de octubre de 2010

«La Trinidad Cristiana vs. la Trinidad Hindú»

 En algunas ocasiones me he topado con comentarios de personas que tratan de establecer un paralelismo entre la Trinidad Cristiana y la llamada Trinidad Hindú (Brahma, Shiva y Visnu); una de las evidencias más fuertes que apoya la deidad de Cristo es que es el único hombre que pasó  a la historia como Dios (ser espiritual controlador de todo el universo); hay ejemplos históricos como el del emperador Antioco Epifanes (en realidad Epimanes) que trató de hacerse pasar por Dios y se volvió loco, Herodes según el libro de los Hechos de los Apóstoles lo intentó y murió comido de gusanos. Tenemos toneladas de videncia histórica que prueba que desde su venida Cristo ha sido considerado por sus seguidores como tal, hombre y Dios de toda la creación. A continuación un pequeño análisis comparativo para comprobar la falsedad de la usurpación o falsación del carácter único de Nuestro Señor Jesús. Es importante mencionar que la evidencia natural respalda al cristianismo en el sentido que el principio funcional del universo es trino, no importa de cual ley o fuerza fundamental se hable, solo tenemos tres tipos de comportamiento particulares de la material hasta el infinito, o hasta lo detectable, rechazo, atracción y neutralidad; se trata de un principio porque no puede ser explicado con otro principio aunque suene redundante. El universo no es Dios porque tuvo un principio; el origen es eterno, por lo tanto, el universo provino de Dios.
  1. La Trinidad Cristiana es armónica, no hay rivalidades entre ellos; la Trinidad Hindú manifiesta autoagresividad, por ejemplo se afirma que Shiva decapitó a su padre  Brama por incestuoso. La evidencia natural nos dice que se necesita de una Trinidad perfectamente armónica para mantener la estabilidad de las leyes naturales, o la coherencia universal. Cristo dijo: «Yo y el Padre uno somos» Juan 10: 30.
  1. Derivado del anterior: la Trinidad Hindú manifiesta desacuerdos morales; La  Trinidad Cristiana no. La misma  evidencia natural mencionada anteriormente. Cristo dijo: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» Mateo 26: 39.
  1. La Trinidad Cristiana está formada por tres seres coiguales; la Trinidad Hindú manifiesta relaciones de origen, por ejemplo: Brahma nace de una flor que proviene del ombligo de Visnu; por lo tanto son deidades parciales. La naturaleza nos muestra que el firmamento, el medio donde vivimos, carece de límites, y su funcionamiento es  trino (macroscópica o microscópicamente); son tres seres infinitos. Cristo dijo: « Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre» Juan 10: 38.
  1. La  Trinidad Cristiana se manifestó como uno y tres ( uno que es tres, tres que son uno), Cristo dijo: « El que me ha visto a mí ha visto al Padre», y el pasaje de su bautismo presenta una manifestación de los tres por aparte; la Trinidad Hindú posee varias encarnaciones entre ellas: Rama y Krishna que se les consideran encarnaciones de Visnu solamente. No hubo varios Cristos verdaderos, solo uno, una manifestación de Hijo, la cual no es usurpable. El pasaje del bautismo del Señor en Mateo 3: 13- 17.
  1. Se dice que Rama (encarnación de Visnu) decapitó con un hacha a su madre porque no era casta; Cristo jamás irrespetó a sus padres, Él previó nacer de padres creyentes. Tal enseñanza ataca la familia con institución natural hecha por Dios. Lea Mateo 1:  18- 24.
  1. Una de las formas como se le adora a Shiva es por medio de un símbolo fálico sobre el que se vierte leche de vaca, esto fue como supuesto resultado de una castración de ese dios...paremos ya de contar. Al parecer la Trinidad hindú tiende a pelearse por cuestiones sexuales, un ser infinito no posee sexo, Cristo se manifestó como hombre, pero como Dios, es espíritu y de hecho no se casó. La Biblia dice. «Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren» Juan 4: 24.
Por cierto cuando Cristo le respondió al sumo sacerdote Caifas «Tu los has dicho» Mateo 26: 64,  como respuesta a la pregunta: « que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios » Mateo 26: 63, lo hizo acorde a la evidencia ya que si Cristo no era Dios, entonces era un loco, alternativa ésta que no era viable o aceptable porque estaban sometiéndolo a cierto “juicio”, así que la otra alternativa era que Caifas tenía frente así un hombre saludable en cuerpo y mente que había estado haciendo milagros por doquier en esa región durante tres años, es decir, ese era Dios;  ¿o Dios se había dejado usurpar abiertamente por un ser humano a la vista de todos?.
Cuando a uno le preguntan si Cristo es Dios, una excelente respuesta es «tú lo has dicho»; de lo contrario tendrían que mostrarte un experimento social que haya resultado en lo mismo: en otro hombre y Dios trino que controla toda la creación, tal cual como lo señala la evidencia histórica acerca de Cristo y en concordancia con la evidencia natural, de lo contrario, ¿la Caperucita Roja sería Dios?, ¿la negación en la afirmación?. Por cierto el “Alá” musulmán, que ellos dicen que se refiere a Dios, es unitario, no trinitario, igual consideración o argumento para el judaísmo.
Una aclaratoria importante es que la naturaleza evidencia a Dios (Romanos 1: 20) porque proviene de Él, pero no es Dios, confundir la creación con Dios sería como si le dijese a mi dedo pulgar, tú te llamas “Juancho” y piensas igual que yo (panteísmo).
Referencias Bibliográficas
  1. La Biblia de Devocional de Estudio Reina Velera 1960. Liga Bíblica. 3801 Eagle Nest Drive, Crete, Illinois 60417. USA.
  1. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
Citas de: Reina-Valera 1960. Sociedades Bíblicas Unidas. USA.
Leivin Núñez